Desde Buenos Aires, volé hasta Salta Capital, allí, en auto alquilado por medio, llegué hasta La Quiaca. Asi comienzo mi trip por el norte Argentino, recorriendo gran parte de las rutas más extensas, la 40, 68, 9 entre otras. En Salta Capital, en el caso histórico, hay diversas agencias de autos en alquiler, fuí por el mejor precio, todas en general ofrecen servicios similares, lo importante es que incluyan un seguro. Pasado el tema de trámites, parto rumbo al primer destino: Cafayate. GPS y siempre preguntando a lugareños posibles rutas y sus estados.
Como llegar
Desde Salta Capital a Cafayate son casi 200 km, por camino de montaña, si te gusta manejar en la montaña, en subidas y bajadas, curva y contracurva, es tu viaje ideal, todo por la famosa ruta 68. Pasados los primero 100 km, llegamos a Alemania, un pequeño pueblo, digno de frenar para tomar unas fotos, recorrer el puente, y la estación de tren. No me adentré demasiado en él, solo recorrí la zona cercana a la ruta. El puente más grande en el primero, si cruzás la estación y caminas unos metros te cruzarás con otro puente mas chico, pero creo que es más perfecto para la foto, ideal para jugar con las simetrías.
La Ruta
Continuando por la ruta 68 hacia Cafayate, la primer parada, la tierra será cada vez mas roja. Como próxima atracción, veremos el Anfiteatro, cerca de la garganta del Diablo, un espacio entre rocas, muy parecido a un anfiteatro, donde dicen que hay una muy buena acústica, está al costado de la ruta, y caminando unos metros podremos recorrerlo y si estas con tiempo (porque no, si es un viaje 🙂 ) podrás trepar algunas rocas, y sacar algunas fotos jugando con las perspectivas y alturas, y si te gusta cantar, porque no probar la acústica del lugar. En la puerta del anfiteatro, hay artesanos que venden sus productos, yo compré unos lápices de colores, si sos de comprar recuerdos, en el norte, comprá en los pueblos, comprale a los artesanos, no solo tienen mejor precio, los ayudas y te llevas regalos originales y de calidad, que no vas a encontrar en ningún circuito comercial.
Volviendo a la ruta, atravesando la Quebrada de las Conchas o Quebrada de Cafayate, muy cerca del anfiteatro veremos El Sapo, una roca, que vaya a saber porque tiene dicha forma. podes parar o seguir, dependiendo de tu curiosidad, recorda que la velocidad en estas rutas es baja, por sus curvas, con lo cual, si vas en auto, podrás observarlo perfectamente si detenerte o será otra excusa para estirar las piernas, cosa que aconsejo realizar frecuentemente.
Siguiendo nuestro camino, sino llevaste vianda para el viaje, (tampoco son tantas horas, serán 3 y un poco más) hay un lugar donde venden pan, empanadas (solo de carne, el menos cuando fuí) y bebidas. Yo lo llamé el almacén de ruta, y desde la ventana se tiene un bonito paisaje.
Cafayate
En la ciudad de Cafayate, me hospede en una casa alquilada mediante Airbnb, a unas 4 cuadras de la plaza, y me quedé por 3 días. El centro, los restaurants, y negocios están rondando y cercanos a la plaza, aconsejo hospedarse por allí. Como actividad que realicé y no solo aprendí sino que conocí una comunidad, fue hacer el trekking por las Ruinas del Divisadero, el cual comienza en el asentamiento Diaguita Kallchaki. Para llegar allí, podes caminar (mucho, es lejos del centro, llevar agua y gorro) o auto. El trekking tiene dos etapas, una, es el nivel fácil (que hice yo) y después se puede seguir ascendiendo. Al llegar al asentamiento, las personas de la comunidad Diaguita Kallchaki, te reciben, y un guía te ayudará a realizar el trekking, hasta subir y tener una vista panorámica, el recorrido es fácil, hay que trepar alguna que otra piedra, tener un poco de equilibrio, fuerza y calzado cómodo. La distancia es muy corta, la vista es muy linda, y ayudas a la comunidad, la cual, cada vez, el estado más terreno les saca y sus posibilidades se van acotando, las cosas que cuentan el guía no son nada felices, con lo cual me fuí con muchos replanteos, la importancia de hacer eco de su voz y recomendar esta experiencia. El pago al guía es a voluntad, y cobran un mínimo de estacionamiento (en mi caso que fuí en auto).
Hay muchas bodegas para recorrer. Muchos viñedos, ya se ven desde la ruta, o mismo si te perdes por las afueras de Cafayate los vas a ver. También hay en lo alto en la montaña. La mayoría del vino que se produce allí, sale directo para Francia y otras exportaciones, pocos se verán en el país.
Rondando la plaza hay muchos restaurants, Agosto no es temporada de choclo, y no pude probar el auténtico tamal norteño o humita (solo se consigue choclo de lata) era mi gran opción vegetariana. Si te gustan las peñas o aún no fuiste a ninguna, muchos lugares la ofrecen, así como también música en vivo. Como fuí en temporada baja, el clima era muy familiar en las peñas, grupos reducidos, ideal para pasar una gran cena.