Viena
Al planificar mi viaje a Europa de Febrero/Marzo de éste año, Viena estaba dentro del itinerario, iba a estar allí unos pocos días, pero a medida que avanzaba la gran pandemia, decidí quedarme unos días más, en lugar de ir a Roma como tenía pensado, y fue una gran decisión, porque Viena, es una de las ciudades que mas me encandiló de Europa. Hay muchas cosas por hacer y recorrer, no sabia si el tiempo me iba a alcanzar pero si algo sabía, era que iba a conocer la mayoría de los escenarios de Antes del Amanecer, una de mis películas, hoy saga, favorita.
Me encontré que no todos los escenarios quedan muy cerca entre si, las distancias son largas, y desde el centro, donde me hospedaba, el Danubio quedaba muy lejos. Es una ciudad para caminar y caminar, pero también se recorre muy bien en tranvías, bus, y en metro (U-Bahn). El orden que establecí es según aparecen en la película.

La estación de tren y el puente Zollamtsbrücke
Como primer escena ya en Viena, en la película aparece la estación de Tren Wien Westbahnhof, se ubica alejada del centro de la ciudad, hacia el lado contrario del Danubio. Saliendo de la estación, el primer exterior y muy alejado de la estación, del otro lado de la ciudad, corresponde al puente verde, el puente Zollamtsbrücke, para llegar allí, desde el centro tomé el tranvías, son 10/15 min de viaje. Es una zona muy tranquila, el puente es chico y cruza unas vías y el canal de agua Wienfluss, frente a él hay una universidad. Allí donde los invitan a ver a una función y tienen una charla con los dos actores. Si el día esta nublado (mi caso, además lloviznaba) el cielo contrasta muy bien con el verde de las estructuras formando casi una paleta de colores natural.
La Disquería Alt & Neu
Luego del paseo en tranvías, tecnicamente deberían haber cruzado nuevamente la ciudad, llegan hasta la, ahora famosa, disquería Alt & Neu, ubicada en Reindorfgasse 34. Allí también llegué en tranvías, aunque una parte del trayecto le realicé caminando, viniendo del lado del centro, se atraviesa una zona con negocios, ropa deportiva, ropa usada, souvenirs más económicos, y varias cafeterías para hacer una pausa.
La disquería está muy cambiada a lo que se ve en la película. Hay muchos más vinilos y muy poco espacio para caminar. No están del todo ordenados, pero buscando se encuentran títulos interesantes.
El frente esta casi igual. Lo que fué la cabina para escuchar discos, ahora aparentemente es un sector privado, no se puede ingresar, solo hay una puerta, (que desilusión, aunque ya lo sabía) si queres escuchar algún vinilo hay bandejas con auriculares, casi sobre las bateas.
El disco de Kath Bloom no está, pero hay una edición limitada a 25 euros, no lo compré (hola cambio Argentino) si me compré otros discos mucho más económicos y me regalaron un disco de pasta, un cd y una postal 🙂 más feliz imposible. La bolsa de tela la venden no la regalan. Atrás del mostrador (ver foto) hay un póster de la peli y arriba la tapa del disco. También encontré un poster de The Cure, y no podía irme sin la foto allí. Hay muchos objetos para mirar como walkman, radios y detalles para no perderse.
Kleines Café
El Kleines Café se ubica ya en el centro de la ciudad, en Franziskanerpl. 3, allí donde se cruzan con la mujer adivina. Todo el centro y casco histórico es una zona muy exclusiva y muy segura para recorrer en cualquier momento. Al café (es un bar-café) fuí de noche, es un local muy chico, estaba lleno, pero al fondo, si al fondo, pasando la barra casi llegando a la cocina, al lado de la entrada secundaria del bar, encontré una mesa libre y allí pedí un Aperol con bruschettas. No tiene una carta muy extensa y no había mesas afuera (era invierno) pero es un lugar muy lindo, recomiendo ir temprano y hacer una pausa allí el día que recorras el centro.
Café Sperl
El Café Sperl, es en donde sucede la escena que recrean una llamada teléfonica, en los tiempos que el celular todavía no era un producto masivo, y se utilizaba el teléfono fijo. Se ubica en Gumpendorfer Str. 11, también en el centro, se puede llegar caminando sin problemas. El día que fuí cerraba temprano, pero tuve tiempo de tomar una cerveza y recorrer el lugar, que se ve bastante igual que en la película. Por un lado hay un salón con mesas de pool pero no estaban habilitadas, y por otro lado, el salón principal, con los sillones, que aparentemente tienen hasta el mismo tapizado de esa época. Los mozos fueron muy amables.
Museo Albertina
Una de las últimas escenas, es en la terraza del Museo Albertina, de los museos más importante de la ciudad, digno de recorrer todos sus pisos y ver clásicos de la pintura como Durero, Da Vinci, Miguel Angel, Rafael, Rembrandt, Renoir, Klimt, entre otros.
El museo está en pleno centro, frente a él es la zona de encuentro de los tours de la ciudad. La entrada al museo es paga, pero a la terraza se puede acceder libremente. Solo hay subir las escaleras que están en la puerta principal y disfrutar la vista desde la terraza.
Claro que me faltaron lugares que visitar, que no llegué por tiempos y distancias, pero más allá de la película, es una ciudad para recorrerla en su mayoría, alejarse del centro y caminar.